miércoles, 1 de abril de 2015

Innovando en la Rusia del siglo XIX, el caso de Diaguilev

Innovar en la Rusia del siglo XIX, Sergei Diaguilev 

Sergei Diaguilev, empresario de ballet y abogado laboralista


DIAGUILEV (Serge), empresario y uno de los más afamados abogados laboralistas rusos de la época. Nació en el cuartel de Selischev, provincia de Nóvgorod, 1872-Venecia 1929). Estudió derecho en San Petersburgo, donde trabó amistad con un grupo de artistas jóvenes: el pintor Alexandr Benois, Léon Bakst y Walter Nouvel. Fundó una revista, Mir Iskusstva ( El mundo del arte) , que se publicó de 1898 a 1904. A partir de esta fecha, montó una serie de espectáculos en San Petersburgo y en París, donde presentó el Boris Gudonov con Chaliapine. De nuevo en Rusia, organizó una compañía de ballet con bailarines del Teatro imperial: Arma Pavlova, Michel Fokine, Tamara Karsavina, Ida Rubinstein, Vaslav Nijin-sky y su hermana Bronislava, Adolf Michel Mordkin, etc. La temporada de ballet que organizó en 1909 en París, durante la cual presentó Las sílfides, El pabellón de Armida, El príncipe Igor y Cleopatra, le deparó un gran éxito. Desde el primer momento pidió y obtuvo la colaboración de los mejores poetas, músicos y pintores de su tiempo.
Al año siguiente, y también en París, presentó: Scheherazade (Rimski-Kórsakov, Fokine, Bakst), El pájaro de fuego (Stravinski, Fokine, A. Golovin), Carnaval (Schumann, Fokine, Bakst) y Giselle (A. Adam, A. Benois). En 1911, formó su propia compa-ñía, porque hasta entonces había estado obliga-do a plegarse a las exigencias del Teatro imperial, de quien dependían sus artistas. La compañía de los Ballets rusos actuó en Roma, Montecarlo y Londres, con sus nuevas obras: Petrushka Fokine, A. Benois), El espectro de la rosa (J. L. Vaudoyer, Weber, Bakst) y El lago de los cisnes (Chaikovski, M. Petipa). En 1912, Nijinsky compuso su pri-mera coreografía, La siesta de un fauno (Debussy, Bakst), y Fokine montó Dafnis y Cloe (Ravel, Bakst) y Dios azul (J. Cocteau, J. Madrazo, Reynaldo Hahn y Bakst). Fokine abandonó la compañía en 1913, año en que ésta presentó dos ballets de Nijinsky: La consagración de la primavera (Stravinski) y Juegos (Debussy).

Durante el mismo año, la compañía actuó en Montecarlo, en Londres y en París, donde inauguró el teatro de los Campos Eliseos. La ruptura entre Diáguilev y Nijinsky ocasionó la entrada de Fokine en la compañía, en la que inició también sus actividades L. Massine, con La leyenda de José de Richard Strauss. Vera Nemchínova, Stanislas Idzikovski y Léon Woi-zikovski se unieron a la compañía de Diáguilev en el momento en que emprendía dos grandes giras por América del Norte y del Sur.

Desde 1916 hasta su muerte, Diáguilev estrenó, entre otros, los ballets: Las mujeres de buen humor (Scarlatti, Massine, Bakst); El sombrero de tres picos (Falla, Massine, Picasso);

Vídeo de "El sombrero de tres picos" de Don Manuel de Falla.


Renard (Stravinski, Nijínskaia, Larionov); Bodas (Stra-vinski, Nijínskaia, Goncharova); Las ciervas (Poulenc, Nijínskaia, Marie Laurencin); El tren azul (J. Cocteau, Milhaud, Nijínskaia y H. Laurens); Los marineros (Auric, Massine, Pruna); La gata (Sauguet, Balanchine); Apolo Musageta (Stravinski, Balanchine; Bauchant); El baile (Vittorio Rieti, Balanchine, De Chirico) y El hijo pródigo (Prokófiev, Balanchine, Rouault).

En veinte años, Diáguilev descubrió y presentó grandes coreógrafos (Massine, Balanchine) y grandes bailarines y bailarinas (Serge Lifar, Anton Dolin, Felia Dubróvskaia, Alicia Márkova, Olga Spesívtseva). Realizó su obra gracias a una fecunda síntesis de músicos como Stravinski, Prokófiev, Poulenc, Auric, Satie, Milhaud e Hindemith; de pintores como Rouault, De Chirico, Utrillo, Picasso, Braque, Derain y Marie Laurencin, y de escritores como J. L. Vaudoyer y J. Cocteau. La última temporada que dirigió fue la de 1929 en Londres, acabada la cual partió para Venecia, donde murió en el mismo año.


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